Yo, el perro, tu fiel amigo, te ruego que leas y observes este decálogo, y serás justo para conmigo, Gracias.
1. Dame, sobre todo, tu cariño; lo que necesito más que cualquier otra cosa; los perros somos muy sentimentales.
2. Proporcióname buena alimentación: basta un plato abundante una vez por día, cuando soy perro adulto; me gustan las verduras y las frutas (aunque no lo creas); y, por supuesto, nunca debe faltarme el agua.
3. Permíteme hacer ejercicio: necesito correr porque, como tú sabes, desciendo del lobo; por eso tenme un patio amplio o llévame a donde pueda jugar sin peligro.
4. Arréglame un lugar abrigado para dormir: me gusta tener mi casa donde pueda protegerme cuando llueve o hace frío.
5. No me dejes nunca en la calle: no quiero morir en la perrera municipal ni bajo las ruedas de un auto; cierra tu propiedad con una buena reja y no dejes abierta la puerta (acuérdate que también hay ladrones).
6. Cuida mi salud: llévame al veterinario cuando me notes dolorido, resfriado o triste; vacúname contra la rabia, el moquillo, el parvovirus, desparasítame y cepíllame en vez de bañarme o, si me bañas, sécame bien, pues la humedad me perjudica.
7. No me tengas atado: si tienes que hacerlo, suéltame con frecuencia; si no puedes soltarme, colócame una “cadena corredera” sobre un alambre grueso y largo, tendido entre dos árboles o postes. Si puedes hazme un canil.
8. Enséñame a obedecerte y ayudarte: me gusta aprender y demostrarte mí inteligencia; pero hazlo con paciencia y cariño, nunca con golpes o a gritos.
9. Trátame con justicia: no descargues en mi tu mal genio ni me hagas pagar culpas ajenas; trata de comprenderme, aunque a veces te cueste: no quiero que olvides que tú eres el ser “racional”…
10. No me abandones jamás: sé tan leal conmigo como yo lo soy contigo; si algún motivo insuperable te obliga a separarte de mí, prefiero que me hagas dormir para siempre, sin que yo lo sepa, antes de dejarme en manos de extraños o echarme a la calle.
Decálogo del perro al ser humano.
1. Mi vida dura unos 10 o 15 años. Cada separación de ti es para mí un sufrimiento. Piénsalo bien antes de adquirirme.
2. Dame tiempo para comprender lo que quieres de mí.
3. Infúndeme confianza, pues vivo de ella.
4. No te enfades demasiado conmigo y no me encierres como castigo. Tú tienes tu trabajo, tus diversiones y tus amigos; yo… sólo te tengo a ti.
5. Habla conmigo de vez en cuando.
6. Aprende a tratarme como es debido. Yo nunca olvido.
7.Antes de pegarme, piensa que mis mandíbulas podrían destrozar fácilmente los huesecillos de tu mano, y, sin embargo, no hago uso de ellas.
8. Antes de que me taches de inútil, testarudo o perezoso, cuando me pides que haga algo y no lo hago, piensa que ha podido sentarme mal la comida, que he estado demasiado tiempo al sol o que mi corazón puede estar cansado.
9. Ocúpate de mí cuando llegue a viejo: tú también lo serás algún día.
10. Quiero que estés a mi lado cuando llegue ese difícil trance. No digas nunca «no puedo resistirlo» o «que no ocurra cuando yo me halle presente»; Todo me resultará más fácil si estás a mi lado.