Perros de caza. Educación y adiestramiento.

Los perros de caza son aquellos perros que colaboran con los humanos durante la cacería. La caza quizás haya sido la primera tarea que nuestros ancestros realizaron junto a los perros, quizás incluso antes que ocurriera la domesticación de los perros.

Desde el principio de los tiempos el perro y el hombre han formado un tandem insustituible para la consecución del alimento.

Por consiguiente, nuestro auxiliar imprescindible en cualquier acción cinegética siempre ha sido, es y será, el perro.

A lo largo de la historia, el hombre ha desarrollado diferentes modalidades de caza, y los criadores de perros han desarrollado diferentes tipos de perros de caza, algunos más generalistas y otros especializados en determinadas tareas.

Clasificación de los perros de caza.

De acuerdo con los criterios de la Federación Cinológica Internacional (FCI), los perros de caza se clasifican en seis grupos diferentes. Estos grupos incluyen a los terriers (grupo 3), teckels (grupo 4), sabuesos y otros perros de rastro (grupo 6), perros de muestra (grupo 7), perros cobradores, levantadores y de agua (grupo 8) y galgos (grupo 10).

Sin embargo, la clasificación de los perros cazadores es difícil, ya que existen razas de perros que se emplean para la caza pero no pertenecen a ninguno de esos grupos. Tal es el caso del dogo argentino, el Ca de Bou y otras razas molosoides, que son empleadas para la caza mayor. Estos perros grandes y poderosos suelen formar parte de las rehalas en la caza mayor, ya que son capaces de sujetar presas grandes y peligrosas, inmovilizándolas hasta que llega el cazador.

Esos perros de agarre, también conocidos como perros de presa, destacan en las modalidades de caza mayor, como la caza del jabalí. A pesar de esto, no están incluidos en las categorías de perros de caza porque, en muchos casos, son razas que fueron creadas para cumplir otras funciones diferentes a la caza.

Otras razas no molosoides, que no pertenecen a los grupos de perros cazadores de la FCI, también son razas de perros de caza, pero corresponden a otros grupos debido a su filogenia o a sus características físicas. Este es el caso de algunos perros del grupo 5 de la FCI, que agrupa a los perros de caza nórdicos y perros de caza tipo primitivo, donde están los famosos podencos españoles. Dentro de ese grupo existe una sección de perros nórdicos de caza que incluye razas como el perro de osos de Carelia y los perros cazadores de alces noruegos.

Tipos de perros de caza.

Siguiendo las categorías y subcategorías de la FCI para los perros que colaboran en la cacería, pero incluyendo también a los perros de agarre de la caza mayor, se tienen ocho tipos generales de perros de caza:

1. Sabuesos, perros de rastro y razas semejantes.

Éstos son perros que cazan siguiendo la presa mediante el olfato y no la vista. La mayoría de estas razas corresponden a perros del tipo sabueso, con la característica de tener un olfato excepcional, que supera al de otras razas de perros.

Los sabuesos también se caracterizan por tener orejas largas y colgantes, y pueden venir en una gran variedad de colores y tamaños. Los hay desde los sabuesos empleados para la caza menor, como el  basset hound o el beagle, hasta sabuesos de caza mayor como el sabueso de San Huberto o el foxhound.

Entre estos perros de caza también se encuentran algunas razas que, sin ser del tipo sabueso, son perros de rastro. Tal es el caso del perro tejonero alpino y del rastreador de Hanover.

2. Galgos o lebreles.

Los galgos, también llamados lebreles, son perros delgados y de constitución ligera que siguen la presa mediante la vista. Estos son los perros más veloces que existen y, como perros de caza, son útiles para perseguir y capturar presas rápidas.

A pesar de ser perros delgados y de constitución ligera, los galgos son perros fuertes capaces de abatir presas poderosas. Estos perros de caza se presentan en diferentes tamaños, pudiendo ser empleados tanto para la caza mayor como para la caza menor.

Algunos ejemplos típicos de galgos de caza son el lebrel afgano, el lebrel ruso para la caza (Barzoi) y el Whippet, pero quizás el galgo de caza más conocido es el greyhound.

3. Perros terrier.

Los terrier son perros de caza muy particulares. Si bien originalmente fueron empleados para cazar pequeños animales en sus madrigueras, la versatilidad de estos perros hizo que se extendiera su uso a otras tareas diferentes.

Los terrier son perros excelentes para la caza de ratas, zorros, tejones y conejos, entrando a las madrigueras de esos animales y forzándolos a salir. Sin embargo, también son excelentes cazadores sobre tierra.

El ejemplo más típico de estos perros es el fox terrier que, como su nombre sugiere, fue empleado para cazar zorros.

Por supuesto, también existen terriers que no son perros de caza. Entre éstos se encuentran los terrier pequeños de compañía, como el yorkshire terrier, y los terrier tipo «bull», como el pitbull.

4. Perros de muestra o Pointer.

Estos perros de caza se especializan en detectar la presa y señalarla. De ahí viene su nombre genérico, ya que son perros que muestran al cazador dónde está la presa. También es de esta particular forma de cazar de donde viene su nombre en inglés, ya que en ese idioma estos perros de caza se conocen genéricamente como pointers.

Estos perros se utilizan para cazar presas pequeñas, principalmente aves. Dada la peculiar manera de cazar que deben llevar a cabo, esto perros no deben levantar la presa (ahuyentarla), sino solamente señalarla. De esta forma, cuando el cazador llega al lugar, puede levantar la presa y disparar cuando ésta sale volando.

De acuerdo con la clasificación de la FCI, existen perros de muestra continentales y los ingleses e irlandeses. En el primer grupo se encuentran los perros de caza tipo braco, spaniel y grifón, y se pueden encontrar razas como el weimaraner, el vizsla y el perdiguero de Burgos. En el segundo grupo se encuentran los pointer y setter, destacando el pointer inglés como uno de los perros de caza más conocidos en todo el mundo.

5. Perros cobradores o Retriever.

Se denomina retriever, o cobradores, a los perros que cobran la caza. Es decir, a aquellos perros que recuperan la presa que ha sido abatida por el cazador mediante arma de fuego.

Los retriever destacan entre los demás perros de caza por su gran versatilidad para desempeñar otras tareas diferentes a la caza. Es así que dos de las razas más populares del mundo, el labrador retriever y el golden retriever, corresponden a este tipo de perros cazadores.

6. Perros de agua.

Como su nombre sugiere, estos perros participan en la cacería de aves acuáticas. Básicamente cumplen la misma función que los retriever pero en el agua.

La distinción entre retriever y perro de agua es muy tenue y artificial, ya que los retriever también son excelentes cobradores en agua, y los perros de agua son excelentes cobradores en tierra.

Entre estos perros de caza se pueden mencionar al perro de agua español, el perro de agua portugués y el perro de agua americano.

7. Perros levantadores o Spaniel.

Los spaniel, o perros levantadores, cumplen una función parecida a la de los perros de muestra, pero con la diferencia de que los spaniel deben levantar la caza. Estos perros cazan dentro del rango de tiro, relativamente cerca del cazador, por lo que no es necesario que se queden apuntando a la presa hasta que llegue el cazador.

Los spaniel suelen ser perros pequeños que participan en la caza de aves. Ejemplos comunes de spaniels son el cocker spaniel americano, el cocker spaniel inglés y el springer spaniel.

8. Perros de agarre.

Los perros de agarre son perros de caza fuertes y poderosos que sujetan la presa hasta que el cazador llega. Pueden ser de diferentes razas, dependiendo de la presa que se vaya a cazar, pero suelen usarse perros molosoides para esta tarea.

Estos perros de caza son muy apreciados entre quienes practican la modalidad de caza conocida como montería, y se suelen incluir de dos a cuatro de estos perros en la rehala, siendo cuatro el número más frecuente.

Entre los perros de agarre se pueden mencionar al dogo argentino, que tiene mucha popularidad en América del Sur, y al alano español, raza muy apreciada por los cazadores de España.

Educación y Adiestramiento del Perro de Caza.

Introducción.

Desde el principio de los tiempos el perro y el hombre han formado un tandem insustituible para la consecución del alimento.

Por consiguiente, nuestro auxiliar imprescindible en cualquier acción cinegética siempre ha sido, es y será, el perro.

Debemos de conocer que nuestro auxiliar, el perro no aprende voluntariamente, ya que sus necesidades primarias (hambre, sed, cobijo) las tiene cubiertas con nosotros.

Por tanto, para poderlo educar deberemos de servirnos de otros condicionamientos por los cuales se active (juego, placer, satisfacción, evitación  de conductas no placenteras, etc.)

Para poder tener un gran perro de caza, hay que empezar por buscarlo.

Cuatro son las cualidades imprescindibles que debe reunir cualquiera de las razas elegidas: pasión por la caza, buenos vientos, equilibrio e inteligencia.

La mayoría de los cazadores tienden a ignorar esa selección intentando encontrar el perro todo terreno, ese perro polivalente que vale para todo.

Sin pararse a reflexionar, ¿Qué raza se adapta mejor a mis condiciones físicas, a mi forma de cazar, a mi carácter?

Si nos hacemos esta pregunta, el resultado no será el perro de moda, ¡pero sí, el perro que a lo largo de nuestra vida más satisfacciones nos reportará y más nos acordaremos de él!

Elección del cachorro.

Un instrumento útil y práctico para la elección del cachorro y decidir si es apto para nuestras necesidades es la realización de unos tests.

Basándonos en nuestra experiencia, y en una serie de métodos que explicaremos tales como Test Campbell, Test de temperamento, Test de actitud para la caza.

Para todo ello debe de darse una serie de condiciones para su fiabilidad:

1. Una única persona examinará al cachorro, no siendo conocido por él.

En la realización del primer test, se le hará entre las siete y ocho semanas de  vida, edad ideal para poder ser separado de su madre y llevados al nuevo hogar.

El segundo test se hará a los cuatro o cinco meses, después de la dentición, se harán las siguientes pruebas de actitud:

Test de sensibilidad, Test de dominancia, Test de instinto de caza, Test de cobro y Test de muestra.

El tercer y último test, se hará al año aproximadamente de vida, de igual manera que el anterior.

2. Se le examinará de forma individual en un sitio tranquilo sin ruidos y libre de objetos que puedan distraerle.

3. Se prestará especial atención a los progenitores, viéndolos actuar en su medio natural y si es posible en lances cinegéticos.

Material básico de adiestramiento:

– Collar extrangulador o de presión.

– Collar de cuero.

– Collar de castigo.” Púas “

– Collar eléctrico.

– Collar de cable de acero.

– Lazo antitensión (para la muestra).

– Lazo inmovilizador (para comandos de “pie” o “quieto”).

– Correa de adiestramiento (2 metros).

– Correa corta (0,5 metros).

– Correa de paseo.

– Cuerda larga (15 – 20 metros).

– Cable largo de acero forrado (15 – 20 metros).

– Correa extensible de carrete (15 metros).

– Cliker.

– Pelota.

– Pelota con cuerda.

– Rodillo.

– Rodillo con asas.

– Silbato.

– Apports.

– Caza de granja.

– Pieza congelada.

– Bozal.

– Rasqueta.

– Cepillo.

– Peine.

Educación y preadiestramiento del cachorro.

Una vez elegido el cachorro debemos proceder a su educación, que no es otra cosa que obtener un perro socializado con el cual podamos convivir.

Los cachorros son individuos moldeables, cuya educación y carácter comienza a formarse, desde el abandono de la camada hasta la adaptación total a la convivencia familiar.

Primera etapa.

Según Konrad Lorent, el cachorro en su desarrollo pasa por varias etapas.

La primera etapa llamada de impregnación o imprinting, es cuando se fijan todas las conductas, estímulos y miedos que posteriormente habrán de ser reprimidos o potenciados según el trabajo o especialidad a desarrollar.

Esta fase comprende desde la tercera semana de vida a la octava o novena.

En esta etapa se empieza a crear:

• Vínculo afectivo entre el guía y el perro.

• Las normas jerárquicas, así como las nociones básicas de comportamiento social.

• Fomento del instinto de caza persecución y cobro.

• Adaptación a nuestro entorno.

• Evitación de cualquier situación de sometimiento.

Segunda etapa.

Esta etapa incluye desde la octava o novena semana hasta la caída de los dientes de leche, aproximadamente hacia los cuatro o cinco meses, según las razas.

En este momento es cuando debemos potenciar su instinto de caza y sus  ganas de perseguir y coger su juguete o motivador.

Siempre teniendo especial cuidado de no desgastar o saturar el instinto, por exceso de tirarle la pelota o juguete.

En esta etapa se consolidan las siguientes fases:

• El proceso de socialización.

• Fomento de los instintos (Caza y Presa).

• Obediencia elemental:

Reprimenda. No, Mal.

Recompensa. Bien, Muy Bien.

Cobra. Trae, Apport.

Suelta. Da, Auss.

Ejercicios de caminar al lado, Junto, Fuss.

Sentado. Sienta, Sitz.

Ejercicio de Llamada ————- Aquí, Here.

Los comandos se darán con voz firme y clara, teniendo presente que el tono y el sonido de la voz, no el volumen, son las cualidades que influyen en el perro.

Importante: Debemos de recordar que en esta etapa las presiones o castigos deben de ser las mínimas y siempre buscando rápido la salida por medio de comida o el premio.

Tercera etapa.

A partir del momento en que le nacen los dientes definitivos, aproximadamente a los cuatro o cinco meses hasta que es considerado perro joven, nueve o diez meses, según razas.

Al principio de esta etapa es importante tener en cuenta que cambia los dientes de leche por los definitivos, esto dura aproximadamente un mes o mes y medio, en este tiempo no es recomendable jugar a juegos en los que el perro tenga que morder, (rodillos, pelota, manga, churro) ya que una mala impresión por arrancarse un diente, da lugar a que en el futuro tenga miedo e inseguridad a la hora de morder, o no quiera jugar con el premio o juguete.

En esta etapa se comienza la obediencia básica.

Es la base del adiestramiento en cualquier especialidad, sin la cual los criterios del adiestramiento avanzado no pueden ser realizados.

Al final de esta etapa deben de estar consolidados los comandos u órdenes siguientes:

. Ejercicio de Recompensa ————- Bien, Muy Bien.

. Ejercicio de Reprimenda ————- No, Mal.

. Ejercicios de caminar al lado, Junto, Fuss.

. Ejercicio de Llamada ————- Aquí, Here.

. Ejercicio de Suelta ————- Da, Auss.

. Ejercicio de Quieto ————- Quieto, Stop.

. Ejercicio de Sentado ————- Sienta, Sitz.

. Ejercicio de Tierra ————- Tumba, Platz

Los comandos se darán con voz firme y clara, teniendo presente que el tono y el sonido de la voz, no el volumen, son las cualidades que influyen en el perro.

Importante: Debemos de recordar que en esta etapa las presiones o castigos deben de ser las mínimas y siempre buscando rápido la salida por medio de comida o el premio.

Obediencia general.

En esta fase avanzada del adiestramiento, a partir de los 10 meses, se debe exigir al perro la ejecución de los ejercicios de la etapa anterior en su totalidad, sin equivocaciones.

Aparte le enseñaremos otros ejercicios de dificultad creciente.

. Ejercicios de caminar al lado, Junto, Fuss.

. Ejercicios de Tumbado Platz.

. Ejercicios de Saltos de obstáculos.

. Ejecución de órdenes a distancia con gestos.

Al perro no le debemos dejar en esta etapa ignorar un comando o no realizarlo completamente.

Debe aprender a asociar una orden con su total ejecución y nunca se le debe consentir imaginar que puede desobedecer.

Sistemas de adiestramiento.

Es importante que recordemos que los perros aprenden los nuevos ejercicios y conductas por condicionamiento instrumental:

El perro realiza una acción y se produce una consecuencia a esa conducta, si es positiva será reforzada y tenderá a repetirse.

Si al contrario es negativa no se reforzará y tenderá a extinguirse.

En las etapas iníciales del adiestramiento no utilizaremos refuerzos negativos, si el perro se equivoca como mucho recibirá una señal de no recompensa, pero nunca un castigo:

Por lo que no tendrá miedo a ofrecernos nuevas conductas, esperando que alguna de ellas le reporte un refuerzo positivo (comida).

Sin embargo, utilizando conductas aversivas no tomará la iniciativa de ofrecernos ninguna conducta por miedo a equivocarse y recibir un refuerzo negativo.

Por tanto, cuando manipulamos al perro para que adopte una posición concreta, la manipulación no debe de ser total, sino una ayuda, la mínima posible para  adoptar o mantener la posición requerida; en ese momento reforzaremos positivamente.

La clave de la cuestión, es conseguir con la mínima manipulación posible que el perro realice de forma voluntaria algún movimiento encaminado a la realización de la conducta deseada por mínima que sea y recompensarlo en ese mismo instante.

Este es el sistema utilizado mayoritariamente por adiestradores profesionales y aficionados, llamado sistema de moldeado.

Y recuerda que para desarrollar buenos trabajos necesitarás conocimientos y una óptima aplicación práctica de los conceptos.

 

Jesús Gutiérrez