Introducción:
Son técnicas y procedimientos de carácter inmediato, limitado, temporal, profesional o de personal con conocimiento técnico que es brindado al animal que lo necesita, víctima de un accidente o enfermedad repentina.
Podemos salvarles la vida mientras llega el veterinario o nos dirigimos a su clínica.
Ante todo, debemos permanecer tranquilos e intentar tranquilizar a nuestro animal, ya que ellos perciben nuestro estado de ánimo y podríamos ponerlos más nerviosos.
Determinar la gravedad de la situación.
“Recordar que no reemplazaremos al personal veterinario y que debemos transportar al animal al centro veterinario más cercano”.
Lo primero que tenemos que hacer es proteger tanto el lugar del accidente como a nosotros mismos poniéndonos a salvo de cualquier fuente de peligro tanto de la que ocasiono la emergencia como de cualquier otra que pudiera suceder.
Una vez fuera de peligro lo primero que evaluaremos será la consciencia aplicándole un estimulo doloroso, si está consciente le haremos un chequeo buscando cualquier otro signo que nos indique que necesita ayuda, si esta inconsciente, buscaremos su respiración con la técnica “vos” acercando nuestra oreja a su hocico de forma que veamos el movimiento de su tórax, oigamos su respiración y sintamos su aliento en nuestra mejilla.
Si respira le colocaremos en posición lateral de seguridad, si no procederemos a la apertura de la vía aérea buscando algún objeto que este impidiendo su respiración para poder retirarlo.
Si no respira pero tiene pulso solo insuflaremos, si por el contrario tampoco tiene pulso comenzaremos con la “rcp” (compresiones torácicas e insuflaciones).
El pulso lo encontraremos con nuestro dedo índice en el interior de su muslo (arteria femoral) debajo del tobillo o en el pecho.
La reanimación cardiopulmonar.
Colocaremos al animal tendido con el lado izquierdo hacia arriba, abriremos la boca asegurándonos que las vías respiratorias están libres de obstrucciones, quitando cualquier objeto y revisando si respira y tiene pulso.
Extenderemos la cabeza del animal hacia atrás y daremos respiraciones cortas pero fuertes asegurándonos que el pecho del animal se levante:
A perros pequeños le cerraremos la mandíbula y le cubriremos todo el hocico y exhalamos.
A grandes le cerramos fuertemente la mandíbula y con nuestra boca le cubriremos la trufa y exhalamos.
Estas respiraciones las intercalaremos con compresiones torácicas fuertes y firmes que realizaremos con la parte dura de la palma de las manos sobre las costillas, justo detrás de la articulación de la pata delantera.
Intercalaremos entre 3 y 5 respiraciones y 10 y 15 compresiones según el tamaño del perro.
La velocidad de las compresiones será un poco más rápida que una por segundo.
Repetiremos los ciclos hasta que tenga pulso y respire e iremos comprobando su pulso cada pocos minutos y si pasados 20 minutos no sale de la parada cardiorespiratoria dejar de hacer la “rcp”.
Parámetros normales.
Si está consciente debemos observar:
- La respiración: Mediante el movimiento del pecho, lo normal son 20-40 rpm., después de un accidente la respiración suele aumentar.
- Taquipnea: (más de 40 rpm).
- Bradipnea: (menos de 20 rpm).
- Pulso: Buscar pulso radial, femoral (es la más fácil de encontrar), yugular…o escuchar los latidos apoyando el oído directamente sobre el pecho.
El pulso normal es de 80-120 lpm., las alteraciones que podremos tener son:
- Taquicardia: (por encima de 120 lpm).
- Bradicardia: (por debajo de 80 lpm).
- Temperatura: Lo normal es entre 38°c – 39°c.
- Hipotermia (menores a 38°c) intentar que el animal entre en calor con una manta, una bolsa de agua caliente, o un secador de pelo.
- Hipertermia (mayores a 39°c), tratar de refrescar al animal con un ventilador, agua fría y colocándolo en un suelo frío.
- Mucosas (piel en el interior de las mejillas, encías e interior de los párpados) según su color:
- Rosadas: Normal.
- Blancas/pálidas: Shock o pérdida de sangre.
- Rojas: Hemorragia, hipertensión, fiebre.
- Azuladas/cianóticas: Falta de oxígeno (acudir al veterinario lo antes posible).
- Amarillas/ictéricas: Falla hepática o acumulación de bilirrubina.
Técnica para colocar un bozal.
Nos servirá para prevenir que el perro muerda y así podamos desviar su atención a la hora de realizar los distintos cuidados.
A ser posible sentaremos al animal y lo cogeremos desde atrás por el cuello, por detrás de las orejas dejando el hocico hacia adelante.
Cogeremos la cuerda y la pasaremos por debajo de la mandíbula (a) y ataremos sobre la nariz (b), la pasaremos de nuevo por debajo de la mandíbula haciendo un nudo simple (c) y llevaremos la cuerda hacia detrás de las orejas (d) y finalmente la ataremos con un lazo por detrás de las orejas (e) de forma que sea fácil de quitar ante cualquier emergencia y así también evitaremos que se lo puedan quitar con las patas.
Importante: ”Nunca dejaremos a un perro con bozal sin supervisión, ya que existe riesgo de asfixia si vomita, si necesita jadear o por exceso de salivación”.
Ahogo.
Si ha tragado demasiada agua, es posible que parte de esta vaya al tracto respiratorio, por lo que trataremos de que la expulse.
- Si es un perro pequeño, le cogeremos las patas traseras dejándolo cabeza abajo y sacudiéndolo para que el agua salga por gravedad.
- Si es grande tendrá que mantenerse acostado, pero la operación es la misma, levantándolo de los cuartos traseros para que su cabeza quede abajo y expulse el agua.
Si como resultado no comienza a toser, es probable que la respiración se haya interrumpido, así que tenemos que constatar su respiración y ritmo cardíaco.
Le pondremos de costado procurando que su cabeza quede más abajo de su cuerpo, si no existe respiración, empezaremos con las insuflaciones, y si tampoco hay latidos habrá que realizar “rcp”.
Asfixia.
Los síntomas que nos encontraremos:
- Tos violenta que le dificulta la respiración.
- Desesperación, angustia.
- Tira frenéticamente su hocico con sus patas.
Existe la posibilidad de que se haya tragado un objeto y esté obstruyendo la garganta, por lo que debemos revisar su hocico y retirar el objeto extraño que lo ahoga.
Si no podemos verlo, lo más frecuente es que se encuentre alojado en la tráquea, por lo que realizaremos la “maniobra de heimlich”, que consiste en colocar al perro parado sobre sus patas traseras, mientras la persona se coloca detrás, abrazando fuertemente el pecho del perro; con un brazo, se presionará fuertemente justo debajo de las costillas (final del esternón) y se repetirá esta operación varias veces, hasta que el objeto sea expulsado.
Si está inconsciente realizaremos la maniobra con el perro acostado de lado, presionando fuertemente con una mano sobre las costillas y la otra debajo, tratando de producir un efecto de “fuelle”, es decir, que la presión que ejerce el aire de los pulmones tenderá a desalojar el objeto.
Si ya se ha liberado el objeto extraño y sigue sin respirar será necesario aportarle respiración artificial o comenzar maniobras de” rcp”.
Convulsiones.
- Si está en estado de inconsciencia, colocarle totalmente tumbado en el suelo, lejos de objetos que le pueda hacer daño.
- Poner algo mullido debajo de la cabeza del animal, para evitar que se golpee con las sacudidas.
- Si podemos, introducimos un trapo en la boca para evitar que se muerda la lengua.
- Mantener las manos alejadas de la boca del animal.
Shock.
Es una condición grave en la que baja demasiado la presión arterial, de manera que el organismo sufre una falta de oxigenación, se puede producir a consecuencia de una enfermedad, herida (hemorragia) o trauma.
- Síntomas: Extrema palidez de encías, taquipnea, taquicardia y ansiedad, progresivamente la respiración se vuelve más lenta y el pulso irregular, produciéndose una pérdida de conciencia por falta de oxigenación, que se podrá observar en la coloración de las encías que será azulada.
Tratamiento:
- Tapar al animal para evitar la pérdida de temperatura.
- Colocar al animal de costado y estirar un poco su cabeza lejos del cuerpo para abrir la vía aérea y favorecer la respiración.
- Levantar sus cuartos traseros, de modo que la sangre corra hacia la cabeza, es posible que se necesite darle respiración artificial, o “rcp”.
Golpe de calor.
Ocurre habitualmente en verano y cuando las mascotas son encerradas en automóviles con escasa ventilación o cerrados expuestos al sol. Otras causas también pueden ser la falta de sombra para mascotas que tienen su albergue en el exterior, la falta de agua potable, excitación excesiva o ejercicios en climas calurosos.
Síntomas:
- Temperatura rectal de 42º c o más.
- Respiración dificultosa.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Temblores musculares, jadeo, salivación excesiva, mucosas o encías de color azulado. Los animales no tienen la misma capacidad humana para regular la temperatura de su cuerpo, ya que no sudan. Debemos bajar la temperatura del animal inmediatamente, mojándolo con agua a temperatura ambiente (no fría) durante un buen rato y cuando se recupere probar a darle de beber despacio y tumbarle encima de una toalla húmeda.
Hemorragias.
Se produce por heridas y por daños a los tejidos u órganos internos.
Si es superficial, recortaremos el pelo alrededor de la herida, lavaremos con suero fisiológico y gasas y aplicaremos solución de yodo o agua oxigenada.
En las hemorragias externas, procuraremos reducir el flujo de sangre presionándola durante unos minutos y aplicaremos un vendaje compresivo para detener el flujo lo más rápido posible de manera firme pero sin llegar a detener la circulación.
«Bajo ninguna circunstancia realizar un torniquete».
Tipos de hemorragia:
Orejas: Colocar una gasa o algodón sobre la zona afectada y presionar.
Boca o lengua: Mantener baja la cabeza del perro para evitar que trague sangre.
Nariz: No se debe apretar las cavidades nasales o taponarlas, sino humedecer un paño con agua muy fría y colocarlo sobre el puente de la nariz, puede que proceda de una herida interna y en estas condiciones no servirá y deberá ser atendido profesionalmente.
Miembros: La presión debe realizarse entre la herida y el corazón.
Ojos: Colocarle paños húmedos con agua fría.
Si se rompe una uña de raíz, limpiar la herida y vendarla para llevar al perro al veterinario.
“Nunca desinfectar heridas con alcohol, siempre usar agua oxigenada”.
Quemaduras.
Son provocadas por el contacto directo con una fuente de calor.
Se deben lavar bien con agua fría y jabón y aplicaremos crema específica para quemaduras, si no disponemos de ninguna, aplicar vaselina.
Se aconseja tapar la zona afectada con una venda sin apretar para evitar la infección.
En caso de quemadura por algún químico, la lavamos sin jabón, y aplicamos la crema para aliviar.
“Si no tenemos ninguna crema, no ponemos ningún tipo de vendaje ni gasa”.
Envenenamientos.
Síntomas: Vómitos, diarrea, salivación excesiva, convulsiones, temblor muscular, mareos y tambaleos.
Ante un posible caso de envenenamiento, si sabemos con que se ha intoxicado seguir las indicaciones del envase y llevarlo inmediatamente al veterinario.
“Si no sabemos no inducir al vómito”.
Más sobre este tema:
https://www.adiestradorcanino.com/webdelperro/intoxicacion-o-envenenamiento-de-nuestro-perro/128
Picaduras de insectos:
En caso de avispas lavar con vinagre diluido en agua.
Si es de avispa aplicaremos bicarbonato sódico.
Si está muy inflamado aplicaremos compresas de agua fría.
Si el aguijón estuviera en el ojo, nariz, o boca evitar darle agua y llevarlo urgentemente al veterinario.
Bicheras o miasis:
Es una enfermedad provocada por la presencia y desarrollo de larvas de moscas en las heridas de nuestras mascotas, hay que prestar mucha atención a estas heridas, realizándoles las limpiezas y curas pertinentes eliminando los gusanos y larvas con pinzas y lavando con agua oxigenada y aplicando curabicheras (productos que se emplean para curar o prevenir infestaciones externas del ganado, perros, etc.).
Alumbramiento.
Una vez que empieza el alumbramiento debemos tener a mano una buena provisión de toallas, hilo para atar el cordón umbilical y desinfectante para nuestras manos, no hay que interferir en el parto salvo que sea absolutamente necesario, debiendo recurrir al veterinario si tras el inicio de las contracciones, el primer cachorro no aparece en el plazo de media hora.
Acción de emergencia. La hembra debería dar a luz a un cachorro dentro de las dos horas posteriores a que rompa aguas, las siguientes crías pueden llegar a intervalos que van de unos cuantos minutos hasta las dos horas, si la perra ha estado empujando infructuosamente durante más de media hora habrá que llamar al veterinario, ya que los cachorros podrían ser demasiado grandes para que la hembra los alumbre, el veterinario podría recomendarnos una cesárea, que consiste en practicar una incisión en el abdomen y extraer los cachorros a mano.
Asistencia en el parto. Los cachorros nacen de cabeza y encogidos, aunque también pueden hacerlo de espaldas, si la madre tiene dificultades, podemos tirar con mucha suavidad del cachorro a la vez que esta hace fuerza, si sólo aparecen las patas habrá que llamar al veterinario.
Si la madre no lame al recién nacido para limpiarlo, retiramos la membrana de su cara, eliminando los líquidos que obstruyen la boca y el hocico y le frotaremos con una toalla para estimular la respiración.
La madre debería morder el cordón umbilical, si no lo hace, atamos el cordón con hilo a unos 5 cm del ombligo del cachorro y lo cortamos por el lado opuesto al nudo, «no hay que tirar del cordón umbilical».
La madre podría rechazar al cachorro si lo alejamos de ella; por lo que debemos permitirle lamer a su cría y lo colocaremos donde pueda amamantar.
Como ayudar a un cachorro débil.
Masajeándolo con una toalla, especialmente alrededor de la cabeza y el pecho.
Si sigue sin respirar, debemos suspender a la cría por las patas traseras durante unos segundos, para que expulse fluidos acumulados en las vías respiratorias agitándole suavemente.
Una vez que respire habrá que mantenerlo abrigado, envolviéndole en una toalla hasta que la madre termine de dar a luz.
Una vez finalizado el parto, mostramos el cachorro débil a la madre y nos aseguramos de que encuentra un pezón productivo, habrá que vigilarlo durante unos días para evitar que los cachorros más fuertes lo desplacen.
Torsión de estómago.
Es una distensión aguda del estomago en la que puede llegar a torcerse sobre sí mismo.
Los síntomas que presenta el perro son inquietud no parando de moverse, se queja , eructa o sufre espasmos abdominales, intenta vomitar pero no lo consigue, arroja saliva espumosa, el abdomen se hincha, se pone tenso, duro y timpánico, llevarlo urgentemente al veterinario.
Para prevenir esta torsión debemos evitar que haga ejercicios violentos antes o después de las comidas, fraccionar la toma de alimentos y el agua si bebe desmesuradamente.
Más sobre este tema:
https://www.adiestradorcanino.com/webdelperro/torsion-de-estomago-en-los-perros/127
Botiquín de emergencia.
Debemos tener un botiquín de emergencia con los siguientes materiales:
Bozal, adaptado a la talla del perro.
Solución desinfectante (tipo mercromina, mertiolato o betadine) o antiséptico específico para veterinaria en forma de spray, líquido o polvo.
Algodón, compresas absorbentes, gasas esterilizadas y vendas.
Esparadrapo de gran fijación.
Termómetro irrompible de cristal líquido y lectura rápida (para temperatura rectal).
Tijeras curvas y recta, corta-uñas y pinzas.
Crema para quemaduras o parafina liquida.
“Como recomendación tener a mano el teléfono del veterinario de urgencias”.
Bibliografía.
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=866
http://www.taringa.net/posts/info/15056067/Primeros-auxilios-para-perros-y-gatos.html
http://www.encantadordeperros.es/trucos/primeros-auxilios-en-tu-perro.HTML
http://es.wikipedia.org/wiki/Primeros_auxilios
Información obtenida de diversas páginas de Internet relacionadas, con el objetivo principal dar información.