Principales enfermedades caninas

Te presento a continuación una breve descripción, sistemas y tratamiento de las principales enfermedades que pude afectar a tu perro.

Leptospirosis.

(Tos, dolor muscular, vómitos, problemas respiratorios, fiebre).

Éstos son algunos de los síntomas de esta enfermedad bacteriana. Se contrae cuando os animales se bañan en charcos o ríos donde las ratas han orinado.

Tratamiento:

Prevenir la enfermedad vacunando a nuestra mascota.

Brucelosis.

(Inflamación testicular, abortos, esterilidad).

En los machos se produce esterilidad e inflamación testicular, en las hembras gestantes se producen abortos. Es una enfermedad bacteriana que se manifiesta en los perros por contagio de vía venérea y por ingesta de residuos infecciosos.

Tratamiento:

Se suelen dar antibióticos, consultar con el médico veterinario.

Mastitis.

(Inflamación, glándulas, mamas).

Inflamación de las glándulas mamarias de las perras. Normalmente es de origen infeccioso. La mastitis post destete (o post parto en el caso de muerte de toda la camada) es un proceso frecuente, relacionado con el éstasis de leche y la falta de succión repentina, ya sea por falta de la camada o bien por separación total de la misma.

Tratamiento:

Mantener el lugar limpio y desinfectado.

Consultar con el médico veterinario.

Moquillo.

(Vómitos, diarrea, tos, lágrimas).

En un comienzo hay tos, luego el animal moquea y lagrimea. Puede llegar a tener neumonía, vómitos y diarrea.

Tratamiento:

Es una enfermedad contagiosa, mortal, pero a veces la infección puede combatirse con antibióticos. Vacunar durante toda la vida a nuestra mascota para prevenir esta enfermedad. Consultar a su médico veterinario.

Parvovirosis.

(Vómitos, diarrea, hemorragias).

Produce vómitos, diarrea y algunas veces, hemorragias. El animal infectado trasmite el virus a través de las heces. Este virus permanece activo sobre la tierra por mucho tiempo.

Tratamiento:

Prevenir esta enfermedad vacunando periódicamente. Se suministra suero para evitar la deshidratación.

La Toxoplasmosis.

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un protozoo parásito que se llama Toxoplasma gondii, un parásito intracelular obligado. La toxoplasmosis puede causar infecciones leves y asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al feto, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita. También puede revestir gravedad cuando afecta a recién nacidos, ancianos y personas vulnerables por su condición de déficit de inmunidad. La enfermedad es considerada una zoonosis, lo que significa que se transmite habitualmente desde los animales a los seres humanos a través de diferentes vías de contagio, siendo los hospedadores definitivos el gato y otras 6 especies de felinos.

Las medidas de prevención son particularmente importantes en las mujeres embarazadas y consisten en normas generales de higiene para evitar la transmisión por alimentos o agua contaminada, no consumir carne cruda o poco cocinada y evitar contacto con heces de gato.

Consulte con su médico veterinario.

Coronavirus.

Una infección por coronavirus canino (CCV) es una enfermedad intestinal sumamente contagiosa que puede ser encontrada en perros en todo el mundo. Este virus en particular es específico de los perros, tanto salvajes como doméstico. El coronavirus se reproduce dentro del intestino delgado y es limitado a las dos terceras partes superiores del intestino delgado y los nódulos linfáticos locales.

Síntomas y tipos.

Los síntomas de una infección CCV varían. En perros adultos, la mayoría de las infecciones no mostrarán síntomas. A veces, puede ocurrir un sólo indicio de vómitos y unos días de diarrea explosiva (líquida, amarilla, verde o naranja). La fiebre generalmente es muy rara, mientras que la anorexia y la depresión son más comunes. Ocasionalmente, un perro infectado también puede experimentar algunos leves problemas respiratorios. Los cachorros pueden presentar diarrea prolongada y deshidratación, y son los que más peligro tienen de desarrollar complicaciones serias con este virus. La enteritis severa (inflamación del intestino delgado) en cachorros causará ocasionalmente la muerte.

Tratamiento:

Los cachorros que han sido expuestos a esta infección y estén mostrando los síntomas necesitarán un cuidado más cauteloso. Lo que parece ser una pequeña cantidad de diarrea y vómitos pueden conducir a una condición fatal para un indefenso cachorro. La mayoría de los perros adultos se repondrán de una infección CCV solos y sin la necesidad de medicación. En algunos casos, la diarrea puede seguir por hasta 12 días, y las heces blandas durante algunas semanas. Si la infección realmente causa inflamación del intestino delgado (enteritis), problemas respiratorios, o envenenamiento de la sangre (septicemia), se puede tener que prescribir antibióticos. Si la diarrea severa y la deshidratación ocurren como consecuencia de la infección, pueden tener que dar al perro fluido suplementario y tratamiento de electrolito. Una vez que el perro se ha recuperado de la infección, por lo general no habrá ninguna necesidad de seguir supervisándolo. Pero, tenga presente que todavía pueden haber remanentes del virus que permanecen en el excremento de su perro, poniendo potencialmente en peligro a otros perros.
Consulte con su médico veterinario.

Epilepsia.

Cuando hablamos de ataque epileptiforme, nos referimos al resultado de una descarga excesiva de un foco de neuronas de la corteza cerebral. Si el ataque es generalizado, se presenta pérdida de consciencia, convulsiones, pedaleo, postración, signos motores generalizados… También son comunes signos de hiperactividad del sistema autónomo: dilatación pupilar, salivación, micción, defecación… Pero cuando hablamos de epilepsia, nos referimos a una enfermedad hereditaria que cursa con convulsiones y no está producida por ninguna causa adicional (hipocalcemia, síncope, problemas motores, enfermedades metabólicas (encefalopatía hepática, fallo renal), tóxicos…

¿Por qué se produce la epilepsia en perros?.

El ataque epiléptico puede estar desencadenado por cambios en la actividad de las neuronas, de los neurotransmisores o por estímulos ambientales como ruidos, emociones visuales, fenómenos atmosféricos (tormentas), etc.

Tratamiento de la epilepsia en perros.

Los objetivos del tratamiento son los siguientes:

1.- Disminuir la intensidad y frecuencia de aparición de las convulsiones.
2.- Disminuir las complicaciones consecutivas a los ataques.
3.- Aumentar el período de tiempo entre un ataque y el siguiente.

Consulte con su médico veterinario.

Piómetra.

(Vómitos, diarrea, fiebre, falta de apetito, mucha orina, mucha sed, dificultad en el movimiento).

Acumulación de pus en la cavidad uterina. En casos graves puede llevar al animal a la muerte como consecuencia de las toxinas liberadas en sangre. Al ser una enfermedad de altísimo riesgo para las hembras el animal debe ser tratado a tiempo.

Tratamiento:

Según el caso se recomienda la esterilización del animal. Consulte con su médico veterinario.

Pododermatitis.

(Cojera, dolor al caminar, pus, infección, sangre, llagas, grietas).

Es provocada por parásitos como el de las sarnas. Las causa son la excesiva humedad los desinfectantes que se usan normalmente en el hogar, como por ejemplo el detergente.

Tratamiento:

Lavar con agua y jabón neutro, secar bien el área. Llevar al médico veterinario lo antes posible.

Sarna Demodécica.

(Inflamación, caída del pelo, enrojecimiento y picazón).

Esta enfermedad es producida por el ácaro demódex-canis. No es contagiosa para el ser humano como otros tipos de sarna, pero es rebelde y si no se la detecta, se extiende por todo el cuerpo.

Tratamiento:

Consultar con el médico veterinario y no interrumpir el tratamiento que dura 20 días y según el caso puede incluir, por ejemplo topicaciones locales.

Sana Sarcóptica.

(Inflamación, caída del pelo, enrojecimiento y picazón).

Es causada por el sarcoptes scabiei. Es específico en los perros, pero a veces afecta al hombre.

Tratamiento:

Es muy importante además de tratar al animal con baños, desinfectar lugares donde los animales hayan estado. El médico veterinario tratará cada caso en particular.

Tos de las Perreras.

(Tos seca, conjuntivitis, secreciones nasales).

La tos de las perreras es un traqueobronquitis (inflamación de vías respiratorias) de origen infeccioso producida por agentes bacterianos (Bordetela bronquiséptica) y víricos (parainfluenza, reovirus, adenovirus y excepcionalmente el virus del moquillo). Esta enfermedad se caracteriza por producir una tos seca muy molesta tanto para el animal como para los propietarios que frecuentemente la describen como «que el perro quiere echar algo que tiene en la garganta». Aunque esta enfermedad se puede presentar en animales aislados, es más frecuente en comunidades (residencias caninas, centros de adiestramiento, criaderos, etc.).

Contagio.

El contagio tiene lugar por contacto directo y por vía aerógena a través de las microgotas producidas en los accesos de tos o estornudos. La falta de ventilación, la exposición a aerosoles, el frío, el stress y otros factores ambientales pueden ser predisponentes ya que todos ellos pueden deteriorar la barrera mucociliar que sirve de defensa al sistema respiratorio.

Tratamiento:

A pesar de todo no se trata de una enfermedad grave y de hecho los animales no suelen estar deprimidos, por tanto muchos de ellos curan solos sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, en muchos otros casos, es necesario hacer un tratamiento antibiótico y dar antiinflamatorios durante los primeros días. Si en 7 días no se observa mejoría, sobre todo en cachorros, se deberán realizar pruebas adicionales para evitar que el proceso se agrave.

Aunque se trata, como ya se ha dicho anteriormente, de un proceso leve conviene prevenir su aparición eliminando los factores de riesgo y aplicando vacunas, sobre todo en colectividades. El plan de vacunación se iniciará a los 60 días de vida del animal y se continuará de forma anual.

Urolitiasis.

(Pérdida del apetito, dolor, vómitos, infección vejiga, orina lechosa, orina feo olor y pérdida de apetito).

Se observan cálculos en el tracto urinario. La enfermedad recibe muchos nombres tales como cistitis, uretritis, cálculos urinarios, piedras en la vejiga o piedras renales. Las piedras bloquean totalmente el flujo y el orinar resulta doloroso. Orina con poca frecuencia puede contribuir a la formación de cálculos. Muchas veces el problema se relaciona con la alimentación, pues demasiada proteína puede contribuir a la aparición de cálculos.

Tratamiento:

En casos extremos se resuelve quirúrgicamente. También se suele administrar una dieta con cantidades reducidas de ciertos minerales y proteínas. Si hay infección se suministran antibióticos. Consultar con el médico veterinario.

Conjuntivitis.

(Enrojecimiento lagrimeo y picazón).

La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, es decir de la membrana mucosa que cubre la cara interna del párpado superior e inferior. Los síntomas dados pueden ser signos de otras patologías más graves como, “glaucoma “, por lo tanto aunque nuestra mascota tenga enrojecimiento ocular puede ser conjuntivitis u otra enfermedad, que si no se trata puede llegar a poner en peligro la visión del animal.

Tratamiento:

Como prevención mantener limpio el ojo con suero fisiológico, y llevarlo al oftalmólogo. Consultar con el médico veterinario. La rabia canina es una enfermedad presente en todos los continentes y es causada por un virus de la familia Rhabdoviridae. Aunque todos los mamíferos pueden ser infectados con el virus de la rabia, los perros son los transmisores principales de la enfermedad en el mundo.

Los únicos lugares del mundo en que no existe el virus de la rabia son Australia, las islas británicas y la Antártica. Aparte de estos lugares, el virus de la rabia existe en cualquier otro lugar del mundo. Esta enfermedad es mortal y puede afectar al ser humano. Por eso, todos los países toman medidas para prevenirla, contenerla y tratar de eliminarla.

La Rabia.

La rabia canina se transmite a través de la saliva de un animal contaminado. Normalmente esto ocurre mediante una mordida, pero se han documentado algunos casos en que el virus de la rabia ha sido transmitido en partículas de aerosol flotando en el aire. Estos casos, sin embargo, son extraños y solamente han ocurrido en cuevas donde habitaban muchos murciélagos infectados. El portador más común de rabia en todo el mundo es el perro, pero cualquier mamífero puede serlo. En ciertos lugares, los gatos son portadores más frecuentes que los perros.

Los animales silvestres también pueden ser portadores del virus de la rabia y, como tales, pueden transmitirla a los animales domésticos o al hombre. Los murciélagos, mapaches, zorrillos y zorros son portadores comunes del virus de la rabia. Se sabe que el virus de la rabia no dura mucho fuera de un cuerpo con vida. Se ha reportado que puede permanecer activo en carcasas de animales hasta 24 horas, pero no más.

Síntomas y diagnóstico de la rabia canina.

El virus de la rabia tiene diferentes tiempos de incubación en diferentes especies y produce tres fases de síntomas característicos, aunque no siempre se presentan todas las fases. Si bien todos los mamíferos son susceptibles a la rabia, se sabe que los zorrillos pueden ser portadores asintomáticos en algunos casos.

Los síntomas de rabia en perros suelen aparecer entre tres y ocho semanas después del contagio. Sin embargo, se han reportado casos de incubación más largos, de hasta seis meses. En los humanos, los síntomas suelen aparecer entre tres y seis semanas después de la infección, pero también se han reportado casos de incubación más larga.

Las fases características de la rabia son:

Fase prodrómica. Se caracteriza por conductas aprehensivas, nerviosismo, ansiedad y aislamiento voluntario del perro. También se produce fiebre. La conducta suele cambiar durante esta fase, haciendo que perros amigables actúen de forma recelosa, asustadiza o irritable. Los perros agresivos pueden transformarse en dóciles y amigables. Esta fase suele durar dos a tres días en el perro.

Fase furiosa. No siempre se presenta, pero cuando lo hace es la fase característica de lo que se conoce como «rabia furiosa». Se caracteriza por la irritabilidad del animal y por la hipersensibilidad a estímulos visuales y auditivos. En esta fase, el perro no descansa con frecuencia y parece estar activo mucho tiempo. Los perros muerden todo lo que se les pone en el camino y, con el progreso de la enfermedad, se muestran desorientados y llegan a tener convulsiones. Eventualmente mueren. Esta fase normalmente dura entre uno y siete días en perros.

Fase paralítica. Esta fase es característica de lo que se conoce como «rabia muda» o «rabia paralítica» y tampoco se presenta en todos los casos. Puede presentarse después de la fase prodrómica o de la fase furiosa. Sus síntomas incluyen la parálisis de los músculos de la cabeza y cuello. Así, el perro ya no puede tragar y saliva constantemente. La mandíbula inferior se paraliza dejando la boca abierta, pudiendo hacer pensar al dueño que su perro tiene algo atorado en la garganta. Eventualmente, la parálisis afecta al diafragma y el perro muere por insuficiencia respiratoria.

El diagnóstico de rabia se hace en base a un análisis del tejido nervioso del cerebro, por lo que es necesario matar al perro para diagnosticar si tiene rabia o no. También se han probado otras técnicas para diagnosticar la rabia en estados tempranos, sin necesidad de matar al animal. Entre estas técnicas se encuentra la reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés), pero por el momento el diagnóstico preciso involucra la muerte del perro para analizar su cerebro.

Tratamiento:

No existe ningún tratamiento para la rabia una vez que se han presentado los síntomas. En estos casos, el individuo afectado está condenado a la muerte.

Sin embargo, sí existen vacunas efectivas para prevenir la enfermedad. Todos los perros deben ser vacunados contra la rabia cuando aún son cachorros. La vacunación se debe repetir periódicamente y el tiempo entre vacunas depende de la vacuna empleada y de la incidencia de la enfermedad en la zona. Existen vacunas que se aplican cada año, otras que se aplican cada dos años y otras que se aplican cada tres años. En todo caso, el programa de vacunación debe ser establecido por el veterinario.

También existen vacunas preventivas para seres humanos que tienen mayor riesgo de contraer la rabia, como veterinarios, biólogos, entrenadores de perros y otros. Estas vacunas preventivas reducen el riesgo de infección cuando una persona es mordida. Finalmente, toda persona que es mordida por un perro u otro animal, debe lavar bien la herida con abundante agua y jabón, y dirigirse inmediatamente a un centro de salud. En caso de considerarse necesario, la persona que fue mordida recibirá una serie de vacunas antes que se presenten los síntomas. Si los síntomas ya se han presentado, entonces no hay nada que hacer.

Otitis.

La otitis canina se presenta en tres formas básicas: externa, media e interna.

En verano, es común encontrar perros con otitis externa, debido a que durante esta época las mascotas son bañadas con mayor frecuencia y, a su vez, tienden a jugar más con agua, ya sea en charcos, ríos o bien en el mar. Las razas con pelo largo y orejas caídas son afectadas frecuentemente, como cocker, poodle, daschund, etc., pero las razas con orejas erectas de ningún modo pueden considerarse inmunes. La otitis externa canina, puede ser originada por golpes o traumatismos leves, que generalmente resultan de una mala limpieza, la presencia de cuerpos extraños como espigas, y la acumulación de material como pelos, cera, etc. Los signos clínicos que nos pueden hacer sospechar que el perro está cursando un cuadro de otitis externa es que mantiene la oreja afectada caída, la sacude y se rasca constantemente.

La oreja se puede encontrar inflamada y con signos de dolor. El pelo que la rodea estará húmedo y pegajoso, debido a la descarga de materia y el olor se verá alterado. Los agentes más comunes asociados a la otitis son hongos y parásitos. Frente a cualquiera de estos signos, se debe consultar en forma inmediata al veterinario, ya que las otitis externas mal tratadas producen un engrosamiento de la piel que muchas veces tapa el canal auricular, produciendo dificultades en la audición.

Las otitis media e interna producen inflamación de la cavidad timpánica, que puede ser producto de una otitis externa mal tratada o debido a golpes reiterados del oído. Estos tipos de otitis manifiestan una sintomatología clínica muy similar a las externas, con un sacudido constante de la cabeza e inclinación de ella hacia el lado afectado llegando hasta la rotación. Esto produce un deambular en círculos, perdiendo el equilibrio y facilitando las caídas, que con frecuencia hará muy difícil que el animal pueda pararse, ya que el equilibrio está fuertemente dañado, lo que se podrá evidenciar con una gran incoordinación de nuestra mascota.

Tratamiento:

Las distintas otitis deben ser realizadas por un médico veterinario, ya que un mal análisis trae consigo un procedimiento inadecuado, lo que puede provocar que la enfermedad avance cada vez más, trayendo, muchas veces, problemas irreversibles, como sordera parcial o total. La única otitis que uno podría solucionar en forma rápida y certera es cuando en el oído se han alojado cuerpos extraños como las espigas de pasto, que se ubican en el pabellón auricular externo y que con el movimiento del animal se incrustan cada vez más. Aquí, el tratamiento de este tipo de otitis es la extracción de la espiga.

Tiña.

(Zonas sin pelo, forma circular, piel lesionada, piel abultada).

Lesiones cutáneas benignas, producidas por unos hongos llamados ”dermatofitos”. Ataca a la piel, el pelo y los folículos pilosos. Y aparece en la cabeza para extenderse por todo el cuerpo. Enfermedad que se trasmite por contacto con la tierra o con otros animales, pudiendo contagiarse las personas. Aunque la trasmisión de hombre a hombre es rara. En el hombre la dermatofitosis o tiña, es una infección superficial de capa cornea de la piel o de los pelos y uñas. Las especies del genero “microsporum” causan gran parte de los casos de la cabeza del cuerpo, pero raramente son responsables de infecciones de uñas o pliegues.

Tratamiento:

La prevención de la dermatofitosis humana debería basarse en el control de la infección en los animales, evitando en lo posible el contacto con animales que presenten lesiones y teniendo una estricta higiene al maneja animales enfermos que deben ser aislados y tratados. Los restos de pelos o escamas de la piel deben ser quemados, así como toda clase de utensilios deben ser desinfectados.

Los animales sospechosos deben ser examinados con lámpara de Wood. El veterinario tratante podrá tomar muestras de las partes afectadas para obsérvalas con el microscopio. Por lo general según cada caso en particular se trata con pomadas o champú terapéutico, fungicidas, lociones, etc.…

 

Mª Virginia Gutiérrez
Ayudante Técnico Veterinario y AQV.